Grandes Maestros:

Comunidad de Uechi-ryu en español.

Moderator: Available

Post Reply
User avatar
SAN-DAI-RYU
Posts: 541
Joined: Fri Dec 29, 2000 6:01 am
Location: PINAMAR-BUENOS AIRES-ARGENTINA
Contact:

Grandes Maestros:

Post by SAN-DAI-RYU »

Grandes Maestros:
CHOYU HENTONA
En la Cuna de Karate Do

Cuando nació el maestro Choyu Hentona el 16 de abril de 1948 prácticamente acababa de terminar la Segunda Guerra Mundial y su pueblo hacia años que había salido de la época feudal, sin embargo y aún por necesidad, se mantenían todas estas tradiciones: “Cuando era pequeño, mi abuelo me empezó a enseñar el estilo de Karate que practicaba nuestra Familia, el manejo del Bo y lo más Importante, la Filosofía del Budo. Aquella enseñanza no fue como una disciplina férrea, sino como un juego, en el que me fue introduciendo en la mentalidad del Karate-Do. Todo esto era muy común en Okinawa. Por aquella época, casi todas las familias practicaban su propio estilo de Karate. Los abuelos, por la edad, experiencia y conocimientos, además de que estaban más liberados del trabajo, eran los encargados de trasmitir la <herencia> familiar”


“Este estilo de Karate-do, al igual que el de casi todos los habitantes de Okinawa, no era digamos, oficial. Se entrenaba y enseñaba en secreto. Sin embargo, más o menos, sabíamos que nivel tenía cada uno porque cuando llegaban las fiestas, al ritmo de los tambores, se realizaba una especie de danza, donde se ejecutaba algo parecido a un Kata. Allí, mi abuelo manejaba el Bo y realizaba algunos movimientos de Karate, al igual que lo hacían otros vecinos. Cuando se tiene un cierto nivel, basta con ver ejecutar unos pocos movimientos, para valorar la maestría de una persona”
Okinawa, se vio invadida continua y alternativamente por los chinos y por los japoneses del norte. Una vez conquistada Isla, lo primero que se aseguraba el invasor era el sometimiento de los nativos y para su mayor tranquilidad y seguridad, se les prohibía el uso o posesión de cualquier tipo de armas, sin importar la condición o rango social. Sometido y maltratado, el pueblo se dedicó a buscar alternativas para evitar tantos abusos de fuerza y poder; así empezaron a desarrollar cierta lucha llegada de China llamada Kempo, dedicándose en secreto a su estudio y perfeccionamiento. Al mismo tiempo, encontraron una inesperada utilidad en los que hasta aquel momento habían sido sus instrumentos de trabajo. Dependiendo de la ocupación de cada uno, pescador o agricultor, desarrollaron unas técnicas de defensa y ataque con esos instrumentos, que paralelamente a las artes de lucha que practicaban, creció y evolu-cionó con cada familia. A este arte se le denomino Kobudo. En japonés "Ko” significa pequeño y “Budo”, Artes Marciales. Podríamos traducir Kobudo de modo literal, como "Artes Marciales pequeñas". Haciendo una definición más amplia y adecuada, algunos expertos se han atrevido a definirlo como el auxiliar del Karate-do. “El Kobudo te enriquece como Budoka. Te abre la rnente y el cuerpo a otras perspectivas del combate, que luego te ayudan y se complementan con las técnicas de Karate. Cuando se practica solo Karate, máxime un estilo de los denominados "duros" tus movimientos son rígidos, toscos, sin vida. Sin embargo, cuando aprendes Kobudo, por la velocidad con la que manejas las armas adquieres una fluidez y una estética que luego se sigue transmitiendo en las técnicas de Karate. Además, el Kobudo te ayuda, a coordinar mejor, a coger un sentido de la distancia y precisión que practicando solo Karate se tarda años en conseguir. Resumiendo, para adquirir una armonía entre el arma y tú, se tiene que implicar todo el cuerpo, para sacar el máximo rendimiento en las técnicas. Luego, cuando se han superado estas dificultades, al trabajar sin armas todo es mucho mas fácil, se sigue trabajando al mismo nivel, pero sin ellas y eso hace que tu Karate sea diferente. En Okinawa, existe un refrán que los grandes maestros repetían; "Novio & novia igual a matrimonio; Karate & Kobudo igual a Budo”. Para los japoneses o chinos, Okinawa era una isla habitada por humildes pescadores y agricultores; gente aparentemente indefensa y pacífica, una presa fácil de conquistar. Por esta razón, durante siglos, esta isla fue centro de conflictos, por lo que a sus habitantes nos les quedo otro remedio que aprender, por pura necesidad, a defenderse para salvaguardar su integridad, la de su farnilia y la de su isla.
“Por nuestra historia, para nosotros era esencial saber defendernos. Cuando era niño, como no existía la televisión, ni computadoras, ni la posibilidad de practicar ningún deporte, máxime después do la guerra, cuando apenas había para comer, una gran parte de nuestro tiempo libre lo dedicábamos a practicar Karate Do siendo algo habitual en nuestra existencia. Recuerdo que casi todos nuestros juegos iban enfocados a ejercitar nuestra habilidad en la lucha. Cuando jugábamos peleábamos como en la Lucha Libre. Boxeábamos sin guantes, haciendo un semicontacto en la cara y golpeando a pleno contacto al cuerpo, etc. Con este tipo de juegos, muchas veces nos rompíamos alguna costilla, algún dedo o cualquier otro hueso. Aunque doliera, nadie lloraba ni recurría a sus padres, era una forma de endurecernos, de probar la eficacia de nuestras técnicas de Karate. Aunque de forma encubierta, todo aquello estaba enfocado a experimentar, disimuladamente, lo que sabíamos. Aquella competitividad sana entre nosotros, te marcaba un lugar en una especie de jerarquía que teníamos, donde curiosamente, los altos y corpulentos, no ocupaban los primeros puestos. Me consta que todos conocíamos el Karate-do. Pero nadie lo decía, ni lo mostraba públicamente. Solo se ponía en práctica en un caso extremo de defensa personal”.
Desde los siglos XII a XVII Okinawa estuvo estrechamente vinculada a China y fue entonces cuando se fueron introduciendo numerosos estilos de Kempo chino o Chuan Fa Shaolin, de la mano de comerciantes, marineros e inmigrantes chinos. “Esa influencia se nota en cada rincón de la isla donde Ia mayoría de sus habitantes se sienten mas identificados con la cultura China que con la japonesa. El carácter de los okinawenses es más parecido al de los chinos que al de los japoneses. Damos el mismo enfoque al arte marcial que los chinos; por ejemplo: nos gusta entrenar de forma cerrada, donde solamente se enseña a personas de confianza o de la familia.
Las posturas, la fluidez de movimientos, la forma relajada de trabajar, el trabajar con diferentes tipos de armas, todo eso y más cosas, provienen de China. No hay que olvidar que el Karate en la versión okinawense aplica a un nivel básico, el Kung fu. Personalmente, tengo un gran respeto por mis raíces, es decir, por el Kung fu chino y por la cultura china. Gracias a las enseñanzas de diferentes sifus pudimos desarrollar el Karate Do, pero a un nivel muy elemental. El auténtico Kung fu es muy superior al Karate. El Karate es muy básico, comparado técnicamente con el Kung Fu. Ahora bien, para alcanzar el nivel del que hablo se requieren muchísimos años de enfrenamiento y estudio; porque es dificilísimo llegar a conseguir el nivel que ellos poseen. Aparte de que nos llevan años de ventaja con respecto a experiencia y conocimiento, comparando el Karate con el Kunq fu, el Karate es un bebé. Los chinos no solo enseñaron la parte física del arte; junto con el trabajo físico y los ejercicios de preparación, la energía también empezó a circular. El Chi kung ayuda a encontrar un equilibrio entre el cuerpo y la mente. Ahora bien, no hay que exagerar respecto a sus beneficios. Si se tiene una enfermedad, hay que ponerse en manos de un médico, porque el Chi Kung no la va a curar. Si el Chi kung fuera algo mágico que curara las enfermedades, entonces ningún maestro moriría. Se ha exagerado mucho respecto a sus beneficios o sobre las proezas de algunos maestros, gracias a su control. Me resulta curioso que en pleno siglo XXI, con la información que hay, exista gente que se pueda creer esos rumores y "cuentos" que circulan acerca del "Chi". Esos son bulos para principiantes, no para veteranos o expertos, que conocemos la verdad”.
Sobre todo en el pasado, más que en el presente, los grandes expertos de Karate-do seguían muy vinculados a sus raíces chinas, lo que explica que gran número de maestros okinawenses realizaran peregrinajes al continente asiático, o mejor dicho, a China, para reencontrar y estudiar los orígenes de su arte y así poder seguir evolucionando. “Si se quiere evolucionar, hay que acudir a la "fuente" de nuestro conocimiento. Existen en China maestros con un nivel increíble. Si se tiene la suerte de encontrar a alguno que te quiera enseñar, podrás evolucionar y llegar tan lejos como ellos, pero los chinos guardan celosamente su arte, no enseñan a nadie que no sea de su raza, me refiero al Arte completo. Si el estilo es "diez", ellos tan solo te enseñarán "tres", pero como es tan amplio y requiere tanto tiempo de aprendizaje, el dominarlo te llevará toda una vida. El que lo chinos tengan más nivel que los japoneses, es lógico, ellos llevan muchos años de ventaja respecto de nosotros, además, como son tantos, entre tanta gente ha habido algunos con un talento extraordinario, que han creado estilos muy superiores. Los chinos nunca muestran todo lo que saben y por supuesto, nunca lo enseñan. Aunque creo que si alguno de estos maestros intentara enseñar su arte completo, a una persona que no fuera de su raza, no lo conseguiría. Al igual que los españoles tienen un "duende" especial para el flamenco, los chinos, lo tienen para el Kung fu. Son especiales, ellos lo han desarrollado según su carácter, según su sentir y podrán enseñarte la parte física, pero sin esa "parte" interna, el arte nunca será igual.
El que sean superiores, es algo normal, ¿Cuantos habitantes hay en Japón y cuantos en China? ¿Si un proyecto los desarrollan diez personas con talento y otro lo desarrollan diez mil, cual será mejor?”
Debido a las diferentes influencias "externas" del Kempo chino, cada región de Okinawa
desarrolló su propio estilo y los principales eran tres: El Tomari-Te (Mano de la ciudad de Tomari), el Shuri-Te (mano de la ciudad de Shuri, por aquella época, capital de Okinawa) y el Naha-Te (mano de la ciudad de Naha). Las ciudades de Shuri, Tomari y Naha eran tan cercanas que actualmente Shuri y Tomari son dos barrios de la ciudad de Naha. Estas formas de lucha provenían del pueblo llano; de hecho, los practicantes del Shuri-Te denominaban Inaka-Te (Mano del campesino) al sistema Tomari-Te. Las diferencias entre estas escuelas no eran muy marcadas; muchas veces tan sólo la altura de las posturas, el énfasis que se le diera a la potencia o a ciertas técnicas. El Shuri-Te y el Tomari-Te eran tan similares que Gichin Funakoshi tan sólo distingue en su libro "Karate-do Kyohan" dos ramas principales de Karate: el Shorei Ryu, proveniente del Naha-Te y el Shorin Ryu, producto de la fusión del Shuri-Te con el Tomari-Te. “Solo existen dos estilos de Karate: Naha-te y Shuri-te. Todos los demás estilos provienen de ellos. Si se analiza en profundidad cualquier estilo de Karate-do, se llegará a la conclusión de que es Naha-te o Shuri-te, con la consabida evolución técnica de algún maestro. Yo, siendo consciente de ello, desde hace muchos años no digo que enseño mi propio estilo de Karate. Por supuesto que mis raíces provienen del Karate-do de mi familia y de las enseñanzas de mi maestro Toguchi. He adaptado las dos y además, dependiendo de mis experiencias personales, he añadido algunas cosas mas, pero no digo que he creado un estilo de Karate, porque si hiciera eso - como hacen otros maestros -, al final esto sería un estilo de Karate por cada maestro. Lo que está claro es que en el Budo, lo trascendental del Arte es lo universal, lo otro, lo externo, lo que se ve, es lo menos importante, es en lo que no hay que fijarse”.
Los dojos o salas de entrenamiento donde se ejercitaban estas técnicas, eran secretos. Las enseñanzas se realizaban en la clandestinidad, donde se transmitían en voz baja y a personas de una gran confianza, llegando cada familia a poseer sus propias técnicas básicas, las cuales, a base de práctica lograron alcanzar unos notables grados de perfección. Aunque las técnicas conocidas eran escasas, con el tiempo, fueron evolucionando y ampliándose, hasta alcanzar un grado notable. Aunque aparentemente todas las técnicas eran parecidas o similares, cada familia tenía su propia "especialidad", fruto en su mayoría, de las experiencias del "Kake-dameshi".
“En otros tiempos, para comprobar la eficacia del "estilo" de la familia y poder mejorarlo, cuando se viajaba a una gran ciudad donde nadie nos conocía, los practicantes de Karate-do se dirigían a los barrios donde se encontraban las prostitutas. Allí, se metía con el individuo que le parecía más peligroso, que no tenía que ser forzosamente el más fuerte, provocando una pelea; esto se denominaba "Kake-dameshi". Esto ayudaba a conocer los puntos fuertes y débiles de su estilo y así poder mejorarlo ¿Por qué si no se peleaba de verdad, cómo se podía saber qué técnicas funcionaban y cuales no? ¿Cómo se podía mejorar el estilo, si no ponían a prueba sus técnicas?
Esto fue muy fácil de llevar a la práctica durante la guerra y la posguerra con los americanos. Gracias a las experiencias "Kake-dameshi", muchos estilos mejoraron considerablemente”.
El maestro okinawense, Gichin Funakoshi visitó varias islas de Japón, hasta que en 1922 se
instaló definitivamente en Tokio, con la intención de difundir el Okinawa-te. Los primeros años no fueron fáciles, el Karate no terminaba de encajar en la mentalidad de los japoneses. A pesar de su tradicionalismo, el estilo de las "técnicas de la mano china" tuvo que evolucionar y adaptarse a la mentalidad y al estilo de vida de los japoneses (un estilo de vida que se estaba occiden-talizando a pasos agigantados, desde finales del siglo XIX) Se tuvieron que introducir numerosas innovaciones en el sistema de enseñanza para asegurar su éxito (por ejemplo, la implantación del sistema de grados por cinturones) y su rápida difusión (Funakoshi rompió con la tradición okinawense de enseñar sólo a un grupo reducido de alumnos). Todos estos cambios, fueron primordialmente, a nivel de metodología, no técnicos, los cambios técnicos los realizó su hijo Yoshitaka. Entre ellos podemos destacar el de las posiciones.Funakoshi enseñaba posiciones altas con patadas muy bajas, tal como se trabajaban en Okinawa; pero Yoshitaka bajó el centro de gravedad de las posiciones y después de perfeccionarlas, empezó a enseñarlas, convirtiéndose en las que se practican en el Karate Shotokan en la actualidad. También añadió técnicas de piernas, empezando a trabajar a un nivel medio y alto. Creó el Kihon Ipon Kumite y el Jiyu Ipon Kumite.Funakoshi tenía una fe ciega en su hijo y aceptó de buen grado todos estos cambios técnicos. A pesar de que algunos de ellos alteraban e incluso contradecían sus enseñanzas y las de sus maestros. Apoyado por su padre y por algún maestro destacado, Yoshitaka separó definitivamente el Karate Do japonés del arte practicado en Okinawa, dando a las técnicas una personalidad propia, que no tenía nada que ver con el Karate-do que se realizaba originalmente en Okinawa. “La diferencia entre el Karate japonés y el de Okinawa, es que el japonés trabaja mas a un nivel externo y le gusta la competición, la dureza, la fuerza, etc., En cambio, el okinawense trabaja mas a un nivel interno, relajado, fluido, donde la respiración es algo esencial. Nosotros esto ya lo aprendemos desde pequeños. Los japoneses necesitan años de práctica para darse cuenta de su importancia. Respecto a las posturas, en un combate real nadie adopta posturas bajas, eso fue una invención para los japoneses, los cuales, han hecho algunas cosas negativas por el Karate y otras, en su mayoría, positivas. Por ejemplo, los okinawenses nunca hubiéramos difundido el Karate; ellos lo han promocionado por todo el mundo. Le han dando una metodología, donde cualquiera, sin importar la edad o el sexo, lo puede practicar. Hace muchos años, el Karate era solo para hombres. También ha incorporado una preparación física más racional. Lo han organizado a nivel federativo, etc. En Okinawa se entrena y se investiga a nivel individual y luego se transmite de padres a hijos o a un grupo selecto de gente. En Japón se investiga en grupo y se enseña a cualquiera que quiera aprenderlo. En cambio, el okinawense, va por libre. Personalmente, creo que para ser un gran luchador, se debe ser individualista, seguir el propio camino o criterios e ir evolucionando, según las propias experiencias. En Japón se sigue ciegamente al maestro y nadie cuestiona nada o se detiene a investigar. Si se quiere evolucionar, se debe ser individualista. Si se quiere sacar a un grupo de gente con nivel, entonces se debe trabajar y progresar en grupo. El avance así, será global, pero menor a nivel individual”.
Curiosamente, lo que sigue inmutable es el Kobudo y esto se debe a que en Japón existen poquísimos expertos de Kobudo. “Desconozco el motivo, pero nunca les ha interesado, siempre han valorado más el sable. Creo que allí se tiene el mismo nivel de Kobudo que en América o Europa”.
A finales del siglo XIX y XX en Okinawa, algún maestro se decide a enseñar oficialmente, es decir a abrir públicamente un Dojo. Quien lo hizo tuvo que luchar para demostrar que era digno de enseñar; esto fue algo habitual entre los primeros maestros de Karate-do. Antes de la segunda guerra mundial era muy corriente que los practicantes de Karate se desafiaran para poner a prueba su habilidad y la del contrario. El que adquiría fama como Karateka era desafiado por los practicantes de otras escuelas, que esperaban batirle para superar su fama. Muchos expertos con un gran nivel, preferían entrenar y enseñar a puerta cerrada, siguiendo, según ellos, la senda correcta del Budo. A esto se lo denominaba "Kakure-bushi". “Me consta, sobre todo hace años, que existían muchos grandes maestros, que entrenaban a la antigua usanza de "Kakure-bushi". Sin embargo, grandes expertos que se formaron antes, durante y después de la guerra y que tenían un nivel altísimo, nunca quisieron darle publicidad a su arte. Prefirieron crecer hacía "dentro" y no perder su tiempo en difundir su arte, en busca de promoción ni dinero. Además, hace muchos años, los maestros tenían que pelear constantemente para demostrar lo buenos que eran. Esto era necesario para la difusión de su estilo. Mucha gente que tenía y tiene talento, prefiere no malgastarlo, dando clases y siendo comercial, y prefiere entrenar con un grupo de seis u ocho personas, "creciendo" correctamente. Cuando se da clases y se entrena, sin un afán de lucro, se trabaja en la línea que se quiere y al que no le guste... Cuando se tiene que mantener un gimnasio y vivir de lo que se enseña, se está supeditado a lo que los alumnos quieran aprender, no a lo que uno quiere enseñar”.
De los pocos maestros que decidieron abrir un Dojo, al finalizar la segunda guerra mundial, podemos destacar al maestro Seikichi Toguchi (1917-1998). Un episodio de aquella época, con varios testigos, ilustra perfectamente, la habilidad que poseía en Karate-do. Como su Dojo no le daba para vivir, su esposa abrió una tienda de artículos de pesca. Los yakuza (mafia) locales le pidieron un pago por la protección. Toguchi se negó y una noche fue atacado por sorpresa por varios miembros de la banda. El resultado fue de tres yakuzas muertos y dieciocho gravemente heridos.
“En la Universidad empecé a practicar oficialmente el Karate; hasta aquel momento, mi práctica había sido, como se denomina en Okinawa, "Kakure-bushi", que viene a significar algo así como entrenamiento oculto o escondido, pero en la universidad se hizo público, es decir, entrenaba con más compañeros. El estilo que practiqué es el Goju-Ryu y mi maestro fue Seikichi Toguchi, aunque sinceramente, considero que el estilo que enseño, es el Karate que practicó mi familia durante siglos. Inclusive todavía conservo muchas cartas y cosas que pertenecen únicamente y en exclusiva al estilo de mi familia, aunque por supuesto, lo alterne con la Goju-Ryu que aprendí en Okinawa”.
Para obtener grandes resultados, se requieren grandes esfuerzos. Con este lema, los antiguos maestros impartían sus enseñanzas, clases en las que llevaban a sus alumnos al borde de la extenuación. “Las clases con el maestro Toguchi eran brutales, como creo que lo eran en cualquier Dojo. Nos pasábamos clases enteras en la postura de Siko-Dachi, pegando puñetazos y haciendo defensas. Lo combates eran durísimos, sin ningún tipo de protecciones. Mientras entrenábamos, el maestro venía y nos golpeaba, para comprobar nuestro nivel de concentración y para probar nuestro espíritu. Hoy en día, al narrar el desarrollo de aquellas clases, puede resultar incomprensible, incluso para la juventud japonesa. Recuerdo que llegué a odiar al maestro Toguchí por aquellas clases. Hoy en día se que el nivel que tengo y donde he llegado, ha sido gracias a sus entrenamientos. Muchos de mis compañeros no aguantaron y lo dejaron, pero fueron los menos. En aquella época existía un compromiso entren el maestro y el alumno y rara vez se rompía. Actualmente, existen algunos practicantes que quieren alcanzar aquellos niveles que se tenían. ¿Pero, cuantos de ellos serían capaces de realizar ese entrenamiento? Si yo enseñara así, hoy en día no tendría alumnos. Hablo con conocimiento de causa. Cuando salí de Okinawa y vine a España, en un principio pensé en enseñar el Karate como me lo habían enseñado a mi en la Universidad, inclusive a algunos alumnos destacados enseñarles el Karate que había practicado con mí abuelo, pero con el tiempo llegue a la conclusión de que esto no podía ser, puesto que en Okinawa se trabaja con cierto espíritu que en España no existe. Aquí se viene a sudar el Karategi y a hacer un poco de ejercicio. Dado que yo enseñaba con auténtica dureza, tal y como me habían enseñado a mí, el resultado fue que muchos alumnos dejaron de venir al gimnasio y tuve que modificar las clases, porque la enseñanza que estaba impartiendo no era la adecuada para el carácter español”.
El dojo del maestro Hentona, al igual que la mayoría de los de Okinawa, es parco en cuanto a la decoración se refiere, comparativamente, con otros Dojos. En su paredes no hay colgado ningún título o diploma. Tampoco existe ninguna ostentación de trofeos deportivos y eso que de su dojo salieron muchos campeones de Katas.
“Ni en mi dojo ni en mi casa veras un diploma colgado en las paredes. Yo se quien soy en
Karate do y en Kobudo. No necesito ir pregonándolo por ahí. A los japoneses y a los españoles les encanta tener diplomas y certificados colgados de las paredes, para demostrar lo buenos que son. Yo creo que la calidad se demuestra en un tatami, no con un papel. Me resulta curioso el que algunos antiguos alumnos, después de unos años de entrenamiento, han montado su propia asociación o se han inscrito en federaciones internacionales y hoy en día poseen más danes que yo. Sin embargo ¿Quién es mejor, el maestro que los enseñó, o ellos con todos sus diplomas? Se podrán promocionar, decir lo que quieran, pero sus compañeros de dojo y lo que es peor, ellos mismos saben la verdad. Si quieren engañar a los demás, adelante. Al margen del estilo que se practique, pienso que por encima del arte marcial, está el ser uno mismo”.
La tradición y el espíritu de Okinawa se "respira" en cualquier rincón de su Dojo. Allí no tiene cabida el Karate deportivo ni antes y mucho menos en los tiempos actuales.
“Hoy en día, el Karate deportivo esta muerto, no convence a nadie. Hace años, un cinturón negro de Karate, máxime si era campeón, causaba admiración. Hoy, tal y como está la calle, no es nada y la gente lo sabe, por eso, los jóvenes no acuden a los gimnasios. Solo se puede ofrecer el camino de Budo a aquellos que quieran vivir en armonía, pero eso no seduce a los jóvenes para acudir al gimnasio. Para que el Karate fuera efectivo en la calle, habría que empezar a entrenar como en el pasado, pero ¿Quién quiere hacer combate a pleno contacto, sin protecciones? Para conseguir grandes resultados, se necesitan grandes esfuerzos y... ¿Quién esta dispuesto a hacerlos?”
No sabemos quien estará dispuesto a hacerlos, lo que si podemos asegurar es que todas las mañanas, el maestro Hentona entrena a "puerta cerrada" en su dojo y no solo se mantiene, sino que sigue "asombrando" a muchos alumnos neófitos en la materia...¡Bueno! y a los no tan neófitos...
チャールズ
User avatar
CARLOS SENSEI
Posts: 41
Joined: Thu Jun 26, 2008 2:07 pm

Post by CARLOS SENSEI »

Los Indomables Shinjo

En 1984 durante la demostración conmemorativa del tercer aniversario del fallecimiento de Seiyu Shinjo, el gran Maestro Kanei Uechi pronunció estas palabras: “Han pasado ya tres años desde la gran pérdida sufrida por nuestra Asociación. Desafortunadamente, una ves que Seiyu Shinjo enfermó seriamente, la medicina moderna no pudo ayudarlo. El trabajó activamente como maestro y como miembro de la mesa de Uechi-ryu karate-do Association. Karate no fue reconocido por la sociedad hasta 1940 hasta 1970. El Sr. Shinjo iso grandes esfuerzos para popularizarlo, desarrollarlo y organizar el karate. Más aún, Yo puedo decir que él fue una de las personas que logró la mayor paso en pos del reconocimiento internacional del karate como una herencia cultural de Okinawa. Fue instrumental en hacer que la uechi-ryu karate-do Association, tuviera estatura internacional. Hay muchos de los estudiantes del Sr. Shinjo activamente enseñando Uechi-ryu Karate-do en todo el mundo. Yo puedo confiar en que el Sr. Kiyohide Shinjo, hijo de Seiyu Shinjo, llevará la voluntad de su padre. ” – Por Alan Dollar.



La familia Shinjo es una de las más dinámicas y reconocidas del karate tradicional de Okinawa. Tres generaciones de hombres Shinjo ayudaron a moldear la historia de este único estilo de karate. La historia de ésta familia de karatekas es paralela al crecimiento del Pangainoon y el Uechi-ryu Karate desde el tiempo en que Kanbun Uechi en primera instancia enseñó artes marciales fuera de China.



A excepción de Kanei Uechi, nadie ha tenido más influencia en el desarrollo del Uechi-ryu Karate y de la Uechi-Ryu Karate Association que Seiryo, Seiyu y Kiyohide Shinjo. En el dialecto japonés sus nombres pueden ser pronunciados Kiyoshi, Kiyoyu, y Kiyohide, respectivamente. El apellido, puede ser leído como Arashiro.



Wakayama Japón



Seiryo Shinjo (antes llamado Seizan Shinjo) nació en Ie Jima, junio 10 de 1908. Su padre Seisan Shinjo era un muy conocido experto en BO de Ie-Jima. Seiryo viajó a Wakayama en busca de empleo en 1923, un año antes que Kanbun Uechi. Seiryo encontró un trabajo en la misma compañía en la cual luego trabajaría KAnbun, lamada Himomaru Sangyo Kabushki Kaisha, que era una fábrica de boseki (hilados). Trabajó en diferentes lugares pero eventualmente escuchó historias sobre Kanbun y que se sabía que estaba enseñando. El se presenta ante Kanbun y le pide permiso para ser su estudiante. Kanbun chequea acerca de Seiryo y observa su personalidad antes de aceptarlo como estudiante.



Seiryo Shinjo entra en el shataku dojo temprano en 1927, El y su esposa Tsuru, a quien conoce en Wakayama se casan un poco más tarde durante ese año. Tsuru es la hermana de Seisho Toyama, un famoso experto en karate de aquellos tiempos, de la zona conocida como Motobu en Okinawa.



Seiryo Shinjo era un pequeño y ágil hombre quien fur conocido por su increíblemente rápidas patadas. Hisaguwa Seizen (Seizen patadas rápidas) era el apodo que le habían dado sus pares. Seiryo era tranquilo y amable, nunca provocaría peleas. A Kanbun le gustaba su personalidad y por eso se hacen buenos amigos. Kanbun se sentía cómodo con Seiryo y Tsuru. Su casa era el único lugar donde podía relajarse y expresarse. Se convirtió en un lugar de encuentro para los amigos de los Shinjo y Kanbun, quien estuvo presenta en el nacimiento de su hija Sayako. Sayako Shinjo, más tarde, se casa con Ryusen Tomoyose, el mayor de los hijos de Ryuyu Tomoyose. Ryuyu Tomoyose fue el primer alumno de Kanbun Uechi en Wakayama.



Tsuru Shinjo fallece en marzo de 1996, en Kadena, Okinawa ella tenía 88 años de edad. Ella hablaba vigorosamente y con humor acerca de su vida rodeada de karate. Ella decía que los hombres se reunían en su casa y hablaban hasta bien entrada la noche acerca del karate y de las mujeres.



Una tarde Seiryo y Kanbun se quedaron charlando hasta muy tarde y Kanbun tuvo que quedarse a dormir allí. Kanei Uechi (llamado Sandee en aquellos tiempos) se alarmó al no ver a su padre durante la mañana. El temía que Kambun hubiera tenido una pelea con un rival de karate y hubiera quedado herido o muerto en algún lugar.

El revisó muchos ríos, y arroyos que rodean Wakayama, pero no lo encontró. Mientras se acercaba la tarde, él se preguntaba donde podía estar su padre, entonces se dirige a la casa de Shinjo. Allí encuentra a Kanbun y Seiryo sentados alrededor de una pequeña mesa , y aún muy concentrados en su conversación.

Tsuru Shinjo, quien era muy frugal, ocasionalmente se las arreglaba para obtener carne, la cual salaba y almacenaba en la casa.

La carne era muy escasa en Wakayama. Había una ley en Japón que prohibía sacrificar ganado dada su importancia en la agricultura. Kanbun no comía carne, pero le gustaban los tendones y el cartílago. El creía que alimentándose de ellos sus propios tendones serían más fuertes. Tsuru frecuentemente le daba a Kanbun tendones extraidos de la carne que ella almacenaba.

El primer hijo de los Shinjo, Seiyu, nace en julio 10 de 1929, fue nombrado en honor a ryuyu Tomoyose. Seiyu nace prematuramente, a los siete meses, y era tan pequeño que su madre comparaba el tamaño de su cabeza con el de una taza de te. Posteriormente se enferma de difteria a los tres años de edad, y estuvo muerto durante diez minutos de acuerdo con los doctores en el hospital. Seiyu nunca estuvo enfermo, ni siquiera con un resfrío luego de éste suceso.

Kanbun estaba entusiasmado con el joven Seiyu, quien durante años solicitaba a su padre que le permitiera estudiar karate. Seiyu comienza a estudiar karate con Kanbun en el dojo de Tebira en 1939. El tenía entonces 10 años de edad.

Seiyu y otros estudiantes realizaban la limpieza y otras tareas alrededor del dojo. Los primeros tres meses de entrenamiento consistían en hacer los pasos de sanchin a lo largo del dojo. Manteniendo los brazos en la posición correcta, era agregado a los siguientes tres meses.

El joven Seiyu diariamente se quejaba con su padre por haber estado haciendo siempre lo mismo de una clase a otra. Seiyu estaba determinado a aprender karate. Eventualmente Seiryo comienza a enseñarle en su casa, adicionalmente a lo que Kanbun le enseñaba. Seiyu Shinjo fue expuesto a una oportunidad de aprendizaje sin precedentes durante nueve años.

Las clases en la escuela elementaría y la secundaria eran impartidas de manera que los chicos pudieran trabajar. Seiyu fue a la escuela elemental Miyamae Shogoko, solo a unos cien metros del dojo de Tebira. Más tarde fue la escuela Wakayama Kogyo (escuela técnica secundaria) durante las noches. El entrenaba durante las sesiones de mañana en el Tebira dojo y trabajaba haciendo ollas de cocina durante el día. Aquella escuela secundaria todavía funciona.

Wakayama fue relativamente salvada del daño producido por la segunda guerra mundial, y muchos edificios de esa era, todavía permanecen.

Seiyu Shinjo fue llevado a la guerra por la milicia japonesa. Estuvo en la escuela de pilotos, incluyendo el entrenamiento kamikaze (viento divino). Afortunadamente la guerra finalizó pronto luego que Seiyu terminara su entrenamiento, entonces fue liberado de su servicio. Seiryo se enferma de una afección respiratoria cerca del final de su estadía en Wakayama. Eso lo obliga a dejar su entrenamiento de karate.

Las malas condiciones del Japón luego de finalizada la guerra facilitaron la decisión de retornar a Okinawa. Los Shinjo viajaron junto a Seiko Toyama y Kanbun Uechi. Seiyu estaba dejando la única casa que había conocido.



Retorno a Okinawa y la isla IE-Jima



El grupo es internado en un campo de prisioneros de guerra por seis meses al retornar a Okinawa. Ellos vivian en carpas y luchaban contra el ambre y la depresión. Para levantar la moral en el campo Kanbun demostraba karate. Esta fue la única ves que los estudiantes lo vieron realizar todos los katas completos. En Japón, èl siempre enseñaba explosiva e individualmente los movimientos de un kata, ikyodo, pero nunca lo demostraba entero. Luego de ser liberados del campo de prisioneros, Seiko Toyama se muda hacia Naha. La familia Shinjo y Kanbun Uechi se dirigen hacia IE-Jima.



Seiyu Shinjo conoce y se casa con Yoshi Kohama en 1947, Ellos construyen una casa en la propiedad de la familia Shinjo, unos cientos de metros de la casa de sus padres. Hokonoto, un monumento a la gente caída en IE-Jima durante la segunda guerra mundial, ahora ocupa el sitio. Miembros de la familia Shinjo todavía viven en Ie-Shima cuya cantidad de habitantes es 5500.

Kanbun vivío menos de una milla del lugar en donde falleció, en noviembre 25 de 1948. Los Shinjo fueron los únicos presentes, ellos contactaron a Kanei al día siguiente y utilizando un pequeño bote, lo ayudaron a retornar el cuerpo de su padre a Okinawa.

En noviembre 3 de 1951, tres años posterior al fallecimiento del gran maestro de karate, Ie-jima produce una leyenda del karate moderno llamada Kiyohide Shinjo.

La familia shinjo se muda a Naha en 1953. Seiyu Shinjo continua su entrenamiento de karate bajo Kanei Uechi. Los dos hombres, que crecieron como hermanos, trabajaron por tres años como guardias de seguridad del ferrocarril de Okinawa (Nihon Tetsudo Koyogo). Ellos trabajaban en el turno noche previniendo robos en el playón del ferrocarril. Okinawa estaba empobrecida luego de la guerra y la ayuda de los americanos tardaba en llegar. Mucha gente tomaba lo que podía para poder sobrevivir.



Seiryo y Tsusu pronto se mudan a Kadena, una pequeña villa justo en medio de una carretera que va desde Naha hasta Nago para trabajar en la lavandería de la cual era dueño los padres de Seiryo. El negocio de la lavandería era un boom surgido por la ocupación de las fuerzas norteamericanas.



Seiyo Shinjo estuvo en Naha y a los 26 años de edad abre el Asato Uechi-ryu Dojo e 1955. Fue el cuarto dojo de uechi-ryu abierto en Okinawa. Tres años mas tarde la primer promoción de cinturones negros en el sistema uechi-ryu se lleva acabo. Seiyu fue promovido a Godan (5to. Dan)



La era del Uechi-ryu de Kadena



La tierra en la cual fue estabecido el Asato-dojo fue apropiada por el gobierno para construir una nueva autopista que conectaría el sur con la parte central de la isla. En 1960, Seiyu y su familia se mudan a Kadena, y allí abren el Kadena Uechi-ryu Dojo, su segundo hijo Narahiro, nace ese mismo año. El dojo Shinjo ha operado en el mismo lugar por 35 años hasta el momento de éste artículo. El Kadena Shubukan es la única en la cual tres generaciones, abuelo, padre e hijo han aprendido karate en el mismo dojo.
continuara...............
sabiduría es llevar a la práctica el conocimiento
User avatar
CARLOS SENSEI
Posts: 41
Joined: Thu Jun 26, 2008 2:07 pm

Post by CARLOS SENSEI »

segunda entrega

Kiyohide Shinjo comienza su entrenamiento de karate no por su propia elección, a los 10 años de edad. A Kiyohide no le gustaba la práctica de karate por muchos años, y probablemente por buenas razones. A las 6 de la tarde era el horario de comienzo de la clase de karate y el programa favorito de televisión “Golden Hour”. Su padre lo llevaba de la oreja hacia el dojo.

Seiyu era un hombre duro, en lo concerniente al karate. Incluso mantenía un comprometido y a veces inhumano estándar de entrenamiento establecido por Kanbun Uechi. A medida que el joven hombre se acostumbra al régimen de entrenamiento, se le agregaban las responsabilidades de limpiar el dojo por 30 minutos antes de comenzar la clase. En una ocación cuando Kiyohide tenía 14 años junto a sus amigos fueron al río luego de la escuela. Ellos cortaron espadas de bamboo y jugaban a ser guerreros samurái. Kiyohide mantenía su ojo a la puesta de sol, como un recordatorio del horario para retornar al dojo a tiempo. Él se equivoca midiendo el tiempo y llega a su casa cuando la clase ya había comenzado. Se puso el Gi, entró sigilosamente al dojo, y se une al grupo. No fue llamado en toda la noche para realizar individualmente kata, tal como lo hacóan el resto de los estudiantes. El sabía que su llegada tarde había sido notada. Luego que todos los estudiantes se retiraron, Seiyu Shinjo enojado se acerca a su hijo, enojado por su falta de responsabilidad. El Sr. Shinjo tomó un cuchillo y cortó en uniforme de su hijo de arriba hasta abajo. Lo mismo hace con su cinturón y pantalones; al mismo tiempo le dijo a su hijo que como él no tomaba en serio su practica de karate, entonces ya no hacía falta que siguiera practicando. El incidente pasó y Kiyohide pudo proseguir practicando.

De defensor de Dojo a campeón de Okinawa

Durante las primeras décadas luego de la segunda guerra mundial, algunos soldados americanos, hebrios usualmente llegaban al dojo retando a los okinawenses a pelear. Shinjo Seiyu le ordenaba a su hijo luchar contra los beligerantes americanos.Por algunos años los retadores vencían al delgado joven okinawense. A medida que el tamaño, fuerza y habilidad en karate crecían en Kiyohide; también se incrementaba su disgusto con los soldados americanos. A su tiempo ganaba todas las peleas con gran placer. Kiyohide fue promovido a shodan en 1968, ocho años más tarde de haber comenzado a entrenar karate con su padre. El estableció clubes de karate en las escuelas secundarias y universidades. Incluso estudió kendo por siete años durante ese tiempo, ganando el rango de nidan. Para 1969, la familia Shinjo estaba completa con tres hijas y cuatro hijos.
El primer hijo de los Shinjo, nació la noche en la que Kanbun Uechi fallece, y también fallece siendo un pequeño niño. Cinco de los niños Shinjo son cinturones negros de Uechi-ryu, tal como sus hermanos, Seiho y Kiyoshi.

Historia de los torneos

En 1968, La Uechi-ryu Karate Shubukai mantiene su primer torneo anual. El mismo incluye competición en kata y kumite. Para cintos negros. Seiyu Shinjo fue el organizador y director. Kiyohide logró el tercer lugar en kata en éste torneo inaugural.

En el tercer torneo anual en 1970, Kiyohide gana ambas categorías. Continúa ganando por nueve años consecutivos y se convierte en una leyenda de Okinawa durante el proceso y es usualmente llamado el Superman de Okinawa.

El torneo anual de Okinawa solía realizarse en dos partes. La competencia de Kata se realizaba en Futenma-Dojo bajo la supervisión de Kanei Uechi y todos los Sensei y Sempai del estilo. Y la competencia de Sparring era realizada la semana posterior.

En 1978, el octavo año en el cual Kiyohide volvía a ganar, el primer Torneo de toda Okinawa se realizaba. El campeón de éste histórico combate abierto para todos los cintos negros de todos los estilos, fue Kiyohide Shinjo. El pronto se retiraría de a competición debido a la enfermedad sufrida por su padre.
Kiyohide es un graduado en leyes de la Okinawa Kokusai University. El se casó con Michio Nakamura en 1977. Sus primeros hijos, Shuichi y Kiyohito fueron campeones de karate de la escuela secundaria en cada año que participaron y compitieron en el torneo nacional de las escuelas secundarias de Japón.


Ellos son un futuro brillante para el balance del karate tradicional y el aspecto competitivo que fue desarrollado desde que fue introducido desde japon.

Sinjo Narahiro, el segundo de los hijos, logró el primer puesto en cinco de los ocho torneos de uechi-ryu que siguieron al retiro de su hermano. El torneo de uechi-ryu continuó ininterrumpidamente por 20 años hasta la separación de la Uechi-ryu association en 1988. El dojo de Kadena ganó el campeonato en 15 de los 20 torneos. Narahiro frecuentemente se pierde en la sombra de su hermano. Narahiro, también a heredado de su padre el vigor y la visión incansable acerca del karate y es muy dedicado tal como su hermano ayor. Incluso ha viajado internacionalmente, enseñando y demostrando uechi-ryu karate.

En agosto de 1995, narahiro obtiene el cuarto puesto en kata en el all-okinawa world pre tournment . Repite la hazaña en el Okinawa karate y kobudo tounrment en agosto de 1997.

Influencia internacional

En mayo 15 de 1972, los estados unidos liberan el control de Okinawa y la isla es retornada a japon. El all japan sports festival (kokutae) fue celebrado en Naha Stadium (cerca del sitio del nuevo Okinawa martial arts kenritsu budokan) como parte de las celebraciones
Masivas demostraciones de karate de Okinawa y danzas (odori y eisa) fueron desarrolladas. El gobierno japonés otorgó a cada practicante de karate un nuevo dogi. El emblema en cada uniforme fue hecho copiando el de la antorcha olímpica.

Seiyu Shinjo quería que el público conociera el uechi-ryu karate y expandir su practica en América. Para esto él fue uno de los primeros senseis en abrir su dojo a los soldados americanos. Realizó muchas demostraciones para okinawenses y americanos para poder propagar el uechi-ryu karate.

La uechi-ryu karate association desarrolla y refina su estructura de rangos desde las primeras promociones en 1958. El 1972, la asociación le otorga a Seiyu Shinjo el título de Shihan (master instructor), certificado número seis. Seiyu y su padre Seiryo fueron promovidos a hachidan (octavo dan) el 16 de mayo de 1974. Seiryo recibe el primer certificado de Hachidan realizado por la Uechi-ryu Karate Association. Kiyohide fue promovido a yondan y recibe el certificado de Shihan numero 31 de manos de Uechi Kanei en 1974. El fue promovido a Godan en 1977. Siendo mas joven que sus contemporáneos, Shinjo Kiyohide fue examinado para Rokkudan y Nanadan conlos maestros Nakamatsu, Takamiyagi, Gushi y Senaga. Shinjo Seiryo, el fundador de la dinastía Shinjo de karate fallece en Marzo 5 de 1976, debido a un problema pulmonar contraído en Wakayama a los 68 años de edad.
sabiduría es llevar a la práctica el conocimiento
Post Reply

Return to “Spanish Uechi-ryu”